IncreíƄles restos óseos de santos católicos aún cuƄiertos de geмas y joyas descuƄiertos por el explorador ‘Indiana Bones’
Los llamaban los Santos Cómbos – antiguos corpes romanos que eran exhumados de las catacumbas de Roma, dando nombres famosos a los santos de diferentes nombres en un santuario dedicado a reliquias de santos desde el siglo XVI hasta el siglo XIX. Ellos fueron decorados con extrema opulencia, como puedes ver a continuación.
Pero ¿por qué tendrían que estar decorados con tanta opulencia? ¿Son realmente santos en el sentido estricto, o algo más está sucediendo? Bueno, en realidad no son santos en el sentido estricto, aunque algunos de ellos pueden ser considerados mártires cristianos. Durante el siglo XV, Europa occidental fue sacudida por el Bendemonio – la estatua furiosa – una serie de estallidos de destrucción de reliquias imágenes. Durante estos episodios de iconoclasia, el arte católico y muchas formas de decoración fueron destruidos en actos oficiales o acciones.
Las iglesias católicas fueron sistemáticamente despojadas de sus iconos, el Vaticano llegó con una solución alternativa. Ordenaron que estos íconos de esqueletos se extraigan de las catacumbas bajo Roma y se instalen en ciudades de Alemania, Austria y Suiza. Pocos, si acaso, de los cuerpos pertenecían a algún religioso significante, pero fueron decorados como santos.
Los esqueletos se convirtieron en símbolos del catolicismo en áreas dominadas por protestantes. No está claro si esta moda fue efectiva en algún momento, pero a partir del siglo XIX, se convirtieron en una expresión simbólica de restricción. Aunque fue considerado siniestro y provocativo para vender más entradas, algunos ’emprendedores’ prestaron atención para hacer dinero desde entonces y para siempre.
En 1803, el magistrado socialista de Rottenbuch en Baviera tomó acción en relación a los dos santos de la ciudad. 174 años después, en 1977, los residentes de la ciudad decidieron encontrar fondos para restaurarlos, pero olvidaron en su mayoría a los santos católicos. Sin embargo, fue en 2013 cuando Paul Koudounaris despertó interés en ellos con su nuevo libro, donde decidió fotografiar y documentar cada uno de los santos católicos. Es sorprendente que él lo haya hecho, pero él asegura que encontró una manera de traerlos de vuelta al público. Él explica:
“Después de encontrar los restos en las catacumbas romanas, el Vaticano autorizó que ciertos dignatarios los identificaran como mártires más que como simples huesos en cajas. Los esqueletos serían entonces vestidos y decorados con joyas, oro y plata, principalmente por monjas”.
‘Ellos habían tomado una postura desafiante hacia la iglesia: estos fueron bellos mármoles y sus ojos no podían tener simplemente a alguien manejándolos. Ellos eran símbolos de la fe triunfante y fueron hechos santos en las municipalidades. Ninguno de los ricos estaba realmente sorprendido, que fue bastante dudoso, pero para su social importancia…’