¡Excavando algo más que tierra, encontré un tesoro inesperado!
La pepita de 4,1 kilos, que vale más de 250.000 dólares, ha sido bautizada como “La alegría del viernes”. (La imagen es cortesía de Minelab).
¡Qué descubrimiento tan inesperado! Descubrir una pepita de oro de oro es verdaderamente un hallazgo único en la vida.
Prospeccionando los fines de semana durante más de diez años en busca de monedas, reliquias y oro, había hecho un pacto con un par de sus amigos más cercanos para dividir las ganancias de cualquier gran hallazgo de oro que encontraran cuando el grupo fuera a explorar juntos.
Imagen cortesía de Minelab.
Después de alertar a sus cohortes y tomar unas cuantas cervezas de celebración, el siguiente orden del día era decidir qué hacer con la pepita. “¡Es como pescar un pez grande y no saber qué hacer con él! ¿Dónde lo ponemos? Lo lavé con agua, lo cubrí con papel de aluminio y lo guardé en el horno la primera noche”.
A él le cambia la vida, pero eso no significa que vaya a dejar su trabajo y jubilarse. Más bien, dijo que planea comprar una camioneta y viajar por Australia cuando el tiempo lo permita, combinando viajes y visitas turísticas con su amor por la detección y la prospección.
Detector utilizado por el afortunado buscador. (Imagen cortesía de Minelab)
En cuanto a la pepita, que ahora se encuentra en la bóveda de un banco, actualmente se está construyendo una réplica y se están preparando planes para subastarla. Según Minelab, se espera que se venda por más de 190.000 dólares estadounidenses (250.000 dólares australianos).
El año pasado, otro buscador de oro australiano descubrió una pepita de oro de 87 onzas durante un viaje de prospección cerca de Wedderburn, una ciudad situada a menos de 225 kilómetros (140 millas) de Melbourne. Esa, llamada pepita Fair Dinkum, se vendió por 133.000 dólares (175.000 dólares australianos) en una subasta.