Los arqueólogos han profundizado en las misteriosas prácticas funerarias de las comunidades de la Edad del Bronce temprana en Eurasia occidental, arrojando luz sobre las relaciones familiares y la dinámica cultural del pueblo Bell Beaker entre el 3000 y el 2000 a.C.
Un estudio internacional dirigido por investigadores de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia y la Universidad de Ferrara, entre otras instituciones europeas, ha reexaminado dos sitios de entierro dobles notablemente similares, uno en Altwies, Luxemburgo, y otro en Dunstable Downs, Inglaterra.
Tumbas de adultos y niños muestreadas para este estudio, período del Campanario. (A) Altwies ”Op dem Boesch”, Luxemburgo (fotografía: Le Brun-Ricalens et al. 2011; Institut National de Recherches Archéologiques); (B) Dunstable Downs, Southern Bedfordshire, Reino Unido (grabado: WG Smith 1894). Crédito: Zedda et al., Scientific Reports (2023)
En Altwies, un lugar de enterramiento descubierto en 2000 durante una obra de construcción reveló los esqueletos de una mujer y un niño de tres años, uno frente al otro, con la mujer sosteniendo la cabeza del niño en su mano. Mientras tanto, el sitio en Dunstable Downs, Inglaterra, descubierto en 1887, mostraba a una joven enterrada con una niña de 6 años, identificada como tía y sobrina paternas mediante análisis de ADN, desafiando las expectativas de una relación madre-hija.
La Dra. Nicoletta Zedda de la Universidad de Ferrara, autora principal del estudio, explicó: “Los esqueletos de Altwies eran de una mujer y un niño de alrededor de tres años de edad, y el análisis de ADN reveló que efectivamente eran madre e hijo. La imagen parece diferente para Dunstable Downs: una mujer joven y una niña de unos 6 años, pero el ADN reveló que, en realidad, son tía y sobrina paternas”.
La tumba de Altwies, a la izquierda: los huesos de la madre y el niño resaltados; Derecha: reconstrucción hipotética de la tumba basada en rasgos fenotípicos inferidos en parte de los genomas antiguos. Crédito: Zedda et al., Scientific Reports (2023)
La investigación, publicada en Scientific Reports, presentó evidencia genética que sugiere un sistema de ascendencia patrilineal para las comunidades de campaniformes en el oeste de Eurasia. El estudio implicó un análisis multidisciplinario, incorporando arqueología, antropología y técnicas antiguas de ADN, revelando ascendencia compartida y conexiones culturales entre los primeros agricultores europeos.
El Dr. Maxime Brami de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, uno de los autores principales, explicó: “Los datos podrían indicar un sistema de descendencia patrilineal para los campaniformes de Eurasia occidental. Nuestros hallazgos sugieren que, al menos en algunas comunidades de la Edad del Bronce Temprano, las familias extensas vivían y enterraban a sus muertos juntas, poniendo énfasis en las relaciones biológicas y de parentesco”.
La orientación de las tumbas en forma de campana en Europa continental seguía reglas estrictas basadas en el 𝑠e𝑥o del individuo. En Altwies, la orientación de la tumba coincidía con el 𝑠e𝑥o del niño, mientras que en Dunstable Downs, el adulto y el niño eran parientes de segundo grado por el lado paterno, lo que indica un posible papel de padre sustituto o cuidador principal desempeñado por la tía paterna.
A pesar de la separación geográfica de más de 500 kilómetros entre los lugares de enterramiento de Luxemburgo e Inglaterra, el estudio descubrió más de cien entierros conjuntos en toda Eurasia del tercer y segundo milenio a.C. La ocurrencia generalizada de la práctica sugirió una similitud en los rituales de duelo entre las comunidades campaniformes, tal vez indicativo de tradiciones culturales compartidas.
Ubicación de Altwies “Op dem Boesch” (punto rojo) y Dunstable Downs (punto azul). Crédito: Zedda et al., Scientific Reports (2023)
Si bien se desconocen las causas directas de las muertes de las personas, el estudio propuso posibilidades como violencia, infecciones o pandemias. Sin embargo, la coherencia en el tratamiento ritual y la colocación de los cuerpos en el entierro destacó el profundo significado simbólico al que se adhirieron las diferentes regiones.
“El cuerpo de una mujer, acostada como si durmiera, con un niño en brazos, es conmovedor y emotivo. Aunque esa imagen pacífica puede ser engañosa, aún refleja un significado perdido que se conserva a lo largo de miles de kilómetros y entre muchas culturas diversas”, comentó el Dr. Brami.
El proyecto de investigación no sólo desentrañó las complejidades de las relaciones familiares y las costumbres funerarias, sino que también mostró la interconexión de las comunidades campaniformes en el oeste de Eurasia durante la Edad del Bronce.
Más información: Zedda, N., Meheux, K., Blöcher, J. et al. (2023). Padres biológicos y sustitutos en tumbas de adultos e hijos del período del vaso de precipitados. Representante de ciencia 13 , 18765. doi.org/10.1038/s41598-023-45612-3