Los arqueólogos han descubierto minuciosamente restos de caballos y carros de madera de casi 3.000 años de antigüedad en una tumba de la dinastía Zhou en Luoyang, provincia de Henan, China.
La excavación completa desenterró cuatro fosos para caballos y carros, que datan del año 770 a.C. Los fosos tienen evidencia bien conservada de artículos de bronce y cerámica de la dinastía Zhou occidental temprana.
Aunque se trata de una tumba mucho más pequeña que el famoso “ejército de terracota” encontrado en 1974 en el distrito de Lintong, este hallazgo no ha sido perturbado mientras estaba enterrado y no ha sufrido los estragos de los ladrones de tumbas.
Los arqueólogos creen que la tumba pertenece a un funcionario de cierto renombre durante la dinastía: la cerámica, el armamento de metal y las inscripciones coinciden con la de un hombre de importancia media.
Aparte de los artefactos en sí, la tumba es un descubrimiento apasionante para los historiadores, ya que proporciona información incuestionable sobre las costumbres funerarias a principios de la dinastía Zhou occidental.
La tumba desenterrada es una tumba vertical de tierra, muy común en ese período.
Debido a la antigüedad del sitio, el ataúd y el cuerpo tradicionalmente de madera que se encuentran dentro se han carbonizado hace mucho tiempo.
Pero el descubrimiento más valioso, con diferencia, es el conjunto completo de carros y caballos, de todas las formas y tamaños.
Los amantes de los animales pueden dar un pequeño suspiro de alivio: los arqueólogos dicen que la posición de los caballos, tumbados de costado, muestra que los animales fueron sacrificados antes del entierro y no enterrados vivos.
En el momento de la muerte de este funcionario, se estaban instituyendo proyectos de riego a gran escala en toda China y se estaba desarrollando aún más el sistema de escritura del país.
También fue la época de los grandes filósofos chinos de la antigüedad, incluidos Confucio, Mencio y Zhuangzi.
Muchas tumbas cercanas tienen fragmentos similares al hallazgo de Luoyang, pero la mayoría han sido vaciadas de sus reliquias funerarias por los ladrones.