Una nueva investigación sugiere que las máscaras aztecas del siglo XV encontradas en el Templo Mayor de México estaban hechas de cráneos de guerreros asesinados y miembros de élite de la sociedad.
Como todo gran hallazgo arqueológico (y de fiestas del Culto de lo Raro), el descubrimiento del Templo Mayor comenzó en 1978 con un cuerpo decapitado y desmembrado. Una talla, eso es. Un monolito que representa a la diosa azteca Coyolxauhqui, que fue decapitada por su hermano Huitzilopochtli y arrojada montaña abajo. Huitzilopochtli era la deidad mesoamericana de la guerra, el sol y los sacrificios humanos. El monolito era parte de un gran templo dedicado a él en el corazón de Tenochtitlán, la capital azteca del siglo XV, el área que hoy es la Ciudad de México.
Dentro de las ruinas excavadas del otrora enorme Templo Mayor, donde se estima que se llevaron a cabo 20.000 sacrificios humanos, los arqueólogos descubrieron 8 máscaras hechas de cráneos humanos. Se había quitado la parte posterior de los cráneos para poder usarlos, con conchas y piedras colocadas en las cuencas de los ojos, y cuchillos utilizados para la nariz o la lengua.
El propósito y el origen de estas reliquias eran un misterio, pero en un nuevo artículo para Forbes, Kristina Killgrove escribe que una nueva investigación ha arrojado algo de luz sobre las macabras máscaras de calaveras aztecas.
Maqueta del recinto sagrado de Tenochtitlán, con el Templo Mayor al fondo. Museo de Antrología, Ciudad de México.
El estudio revela que los cráneos pertenecían a hombres con buena dieta, buena salud y probablemente provenían de una variedad de áreas diferentes alrededor del Imperio Azteca. Probablemente fueron guerreros y nobles derrotados llevados a Tenochtitlán para ser sacrificados.
El conquistador Bernal Díaz del Castillo escribió sobre máscaras de piel coriácea hechas con los rostros desollados de enemigos sacrificados, pero el uso del cráneo parece haber sido poco común, lo que llevó a los investigadores a la conclusión de que estaba reservado solo para la élite.