Un detectorista de metales ha desenterrado el tesoro de oro más antiguo de Gran Bretaña, con una antigüedad de 2.173 años. Stephen Eldridge hizo el descubrimiento mientras buscaba en tierras de cultivo en Buckinghamshire, encontrando 12 piezas de monedas de la Edad de Hierro conocidas como los «Coins of the Catuvellauni». Los expertos del Museo Británico confirmaron que estas monedas provienen de la tribu Catuvellauni, que habitaba la región en el 150 a.C. Se cree que estas monedas fueron exportadas a Gran Bretaña, posiblemente en un intercambio por mercancías celtas destinadas a la Galia en Europa occidental para luchar contra los romanos.
El detectorista, de 68 años, descubrió las monedas en el pueblo de Ashley Green en noviembre de 2019. Se espera que las monedas se vendan por £30,000 cuando sean subastadas por la casa de subastas Spink & Son en Londres. La zona donde se encontraron las monedas fue habitada por la tribu Catuvellauni, que se convirtió en la tribu más poderosa de Gran Bretaña durante la Edad de Hierro.
El análisis científico de fluorescencia de rayos X confirmó que las monedas están compuestas en su mayoría por oro (aproximadamente un 75%), con una aleación de plata y cobre. Gregory Edmund de Spink & Son señaló la rareza de este tesoro, destacando que, aunque se han encontrado tesoros individuales de oro de este período antes, un tesoro de esta fecha y tamaño es extremadamente inusual.
Estos «Coins of the Catuvellauni» eran monedas simples llamadas «potins» en ese momento, y su importación habría ejercido una influencia significativa en la región. Los expertos creen que estas monedas fueron intercambiadas por mercenarios, equipo y perros de guerra para luchar contra los romanos u otras tribus en Bélgica. Se sugiere que aproximadamente 20 o 30 años después de ser depositadas, se comenzaron a acuñar monedas británicas similares.
El estilo de estas monedas, con retratos que algunos describen como deliberadamente andróginos, refleja la importancia política de la sociedad femenina en la Edad de Hierro. Aunque inspirado en la figura masculina del dios Apolo, el estilo femenino se interpreta como un reflejo de la significancia política de las mujeres en la sociedad de la Edad de Hierro, permitiendo que figuras históricas femeninas alcancen prominencia en el folclore nacional.